Ojala te haya ido bien

Anhelo que te haya ido bien hoy en el trabajo para que te abalances sobre mí apenas me veas pasar el umbral de la puerta. Para mí, ya sabes, no son buenos días sino unos llenos de frustraciones. Hoy estoy como gacela macho herido ¡Y deseo tanto que estés como leona hambrienta de tres días! Que saltes sobre mí y me muerdas debajo de las costillas (allí donde sabes que me hace cosquillas) Yo me haré el muertito y dejaré que lamas mi estómago, mi pecho y mis ¿pezones? (sí, a mí también me gusta que me chupen allí). Pero lo que me gustaría a morir es que bajes, con tus labios abriendose y cerrándose y con tu lengua acompañando a saltos sobre mi piel, que bajes, digo, y chupes mi pinga con ese arte que tienes para rodearla con tus carnosos labios y enredar en ella tu lengua, sobando. Sabes que eso provocará un mazo enorme, alto como nunca, grueso como nunca, cabezónsazo, que enseguida te penetrará sin misericordia haciéndote subir y dejándose a tu libre albedrío, dejándote a libre albedrío. Y escucharte, nada mejor que escucharte. Arrfff hoy quiero que hayas tenido un buen día y me ataques apenas gire la llave.